El desarrollo de software es una disciplina que involucra múltiples etapas, desde la concepción de la idea hasta el lanzamiento y mantenimiento del producto. Para comprender y gestionar este proceso, es crucial tener un mapa que describa cada etapa. Para esto, se diseña un mapa de software el cual es un diagrama que permite la visualización de los diferentes procesos a ejecutar, apoyando la toma de decisiones en los diferentes ámbitos de las organizaciones.
Teniendo en cuenta que, en su esencia, este representa diferentes fuentes de información del software de la compañía y su implicación en los procesos, para su construcción se debe tener en cuenta:
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Identificación de necesidades:
Antes de comenzar a escribir una sola línea de código, es esencial identificar y entender las necesidades que el software pretende resolver. Esto incluye entrevistas con stakeholders, encuestas a usuarios potenciales y análisis de mercado.
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Planificación:
Una vez que se tienen claras las necesidades, el siguiente paso es planificar cómo abordar el desarrollo. Esto implica: definir el alcance del proyecto, estimar tiempos y recursos e identificar riesgos y planificar cómo mitigarlos.
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Diseño:
En esta etapa, se define la arquitectura del software y se diseñan las interfaces de usuario. Esto se realiza a través de diagramas de arquitectura, mockups y wireframes de las interfaces de usuario, así como la definición de la base de datos y estructuras de datos.
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Desarrollo:
Aquí es donde la codificación comienza propiamente. Siguiendo las especificaciones definidas anteriormente, el equipo de desarrollo comienza a programar las funcionalidades del software.
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Pruebas:
Una vez que se ha desarrollado una versión del software, es esencial testearlo para asegurarse de que funcione correctamente y de que cumpla con los requisitos establecidos. Las pruebas pueden ser:
- Unitarias: donde se prueba cada componente individualmente.
- Integración: donde se verifica que los componentes funcionen correctamente juntos.
- Sistema: donde se evalúa el software como un todo.
- Aceptación: donde los usuarios finales validan que el software cumple con sus expectativas.
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Despliegue:
Una vez que el software ha pasado todas las pruebas y se considera listo para su lanzamiento, se despliega en el ambiente de producción, haciéndolo accesible a los usuarios finales.
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Mantenimiento:
El desarrollo de software no termina con el despliegue. Es esencial ofrecer soporte y actualizaciones, corregir errores que puedan surgir y adaptar el software a nuevas necesidades o tecnologías.
Teniendo en cuenta estos insumos, se puede llegar a construir un modelo del software a implementar en cada organización, como una herramienta para el diagnóstico, análisis, validación y estudio de riesgos para su desarrollo. Es importante aclarar que el diseño visual de este se puede ajustar a cada equipo de trabajo.
Por tanto, al seguir este mapa, los equipos pueden garantizar que el software cumpla con las expectativas, se desarrolle de manera eficiente y se mantenga actualizado y relevante a lo largo del tiempo.
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