Durante años, los sistemas heredados han sustentado los procesos clave de muchas organizaciones. SAP, SQL Server on-premise y cientos de hojas Excel siguen siendo la columna vertebral operativa de áreas como logística, compras, recursos humanos y producción.
Estos se han caracterizado por su rigidez, falta de integración y dificultad para escalar están limitando la capacidad de las empresas para adaptarse, optimizar y tomar decisiones en tiempo real.
Uno de los grandes retos es estimar con precisión esfuerzo, rutas y tiempos en procesos críticos. Esto requiere acceso fluido, confiable y en tiempo real a los datos. Y ahí es donde la nube entra como habilitador clave.
El problema con lo heredado: silos, lentitud y poca visibilidad
Los sistemas heredados, aunque robustos en su momento, presentan limitaciones importantes en el contexto actual:
- No están diseñados para integrarse fácilmente con nuevas tecnologías (IoT, analítica, inteligencia artificial).
- Requieren mucho esfuerzo para acceder a los datos o compartirlos entre áreas.
- Son costosos de mantener y poco flexibles ante el cambio.
- La visualización y explotación de los datos requiere trabajo manual intensivo.
Como resultado, estimar de forma confiable cuánto tiempo tomará un proceso, qué recursos se necesitan o cómo optimizar una ruta logística se vuelve complejo, lento y costoso.
Entonces, ¿Por qué migrar a la nube?
Migrar sistemas heredados a la nube no se trata solo de “modernizar por moda”, sino de habilitar capacidades concretas:
- Acceso unificado y centralizado: datos de múltiples sistemas disponibles en un solo lugar.
- Procesamiento escalable: infraestructura bajo demanda que se adapta a picos de uso.
- Integración con herramientas analíticas y de predicción: desde Power BI hasta modelos de machine learning.
- Automatización de flujos: conectividad entre plataformas (SAP + Excel + sensores) vía Azure Data Factory, Synapse o APIs.
La nube permite que los datos estén disponibles y listos para ser analizados con propósito: estimar, anticipar y actuar con agilidad; por esto, cuando los sistemas están integrados en la nube, se habilitan múltiples capacidades clave para las operaciones:
a) Esfuerzo operativo:
- ¿Cuánto tiempo toma atender una orden? ¿Quiénes están involucrados? ¿Qué recursos están disponibles?
- Analizar históricos para detectar cuellos de botella o procesos ineficientes.
b) Rutas logísticas:
- Mapear rutas, analizar tiempos estimados vs reales, condiciones externas (clima, tráfico).
- Optimizar trayectos en función de datos reales y predicciones.
c) Tiempos de ciclo:
- Visualizar tiempos desde el ingreso de una orden hasta su cierre.
- Calcular proyecciones según carga operativa, inventarios o disponibilidad.
Todo esto requiere consolidar fuentes como SAP (órdenes y tiempos), SQL (datos transaccionales) y Excel (datos auxiliares o no estructurados) en un entorno unificado.
Al final, su implementación permite a las empresas alcanzar mayor visibilidad, toma de decisiones ágiles, mejor colaboración entre áreas, ahorro en infraestructura y mantenimiento y habilitación de analítica avanzada.
De esta manera, la migración de sistemas heredados a la nube no es un proyecto técnico aislado: es una palanca estratégica para la eficiencia y la competitividad. Cuando SAP, SQL y Excel se integran en un ecosistema moderno, las posibilidades de análisis, automatización y optimización se multiplican.
Para los directores de tecnología, este es el momento de liderar con visión: modernizar con propósito, conectar con agilidad y entregar valor real al negocio. Porque estimar mejor es decidir mejor. Y para eso, necesitamos que los datos hablen.
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